La estabilidad relativa ha sido una constante pesadilla para la industria pesquera española desde su adhesión a la UE en 1986, y el punto de vista de España, desde hace tiempo, ha sido que la industria ha sido obligada a encajar unos graves sacrificios al unirse el país al club. La “Flota de los 300” de España, que faena en Gran Sol por la costa de Escocia, Irlanda e Inglaterra, se ha aminorado progresivamente a lo largo de los años hasta los 95 barcos de hoy día, la mitad de los cuales tienen base en la zona de Burela.
Pero no solamente se ha aminorado gravemente esta flota, sino que se han pasado de largo las condiciones de la adhesión. El Artículo 166 del Reglamento No. 170/83 de la CEE afirma que el régimen de acceso de España a las aguas comunitarias y el reparto de las capturas asignadas vencerían el 31 de diciembre de 2002. Quince años más tarde, unos partícipes consideran que el Brexit supone una oportunidad para remediar la situación.
Mercedes Rodríguez Moreda, recientemente asignada como Directora General del Departamento Regional de Pesca de Galicia, hizo referencia a un estudio, encargado por la Xunta de Galicia al Instituto Salvador Madariaga, sobre esta cuestión.
El estudio concluye que “el Brexit no tiene porqué afectar a la industria pesquera de Galicia. Pero sin duda, habrá aspectos que mejorarán nuestra situación, mientras que habrá otros aspectos que podrían empeorarla”.
“Todo depende de la relevancia que se otorgue a la pesca en el proceso negociador. La UE necesita preparar su posición sobre la pesca”, comentó. “Durante estas fases iniciales del proceso del Brexit, hará falta seguir recopilando datos sobre la industria con el objeto de fortalecer los argumentos a poner sobre la mesa.
Según el informe, el proceso que ya está en marcha supondrá la negociación de un acuerdo de retirada, tratando múltiples cuestiones jurídicas que emanan de la misma, donde se establecerán las condiciones para la retirada del Reino Unido.
Lo cual podría acompañarse de cláusulas que incluyen plazos de transición de diversas duraciones, que afectan a las cuestiones más sensibles y ámbitos, además de la negociación de un nuevo acuerdo que determine la naturaleza de las futuras relaciones entre ambas partes, específicamente en términos del comercio”.
En cuanto a la flota española (mayoritariamente gallega) que faena en el Reino Unido, se puede esperar “un posible escenario que precisa la firma de un acuerdo de pesquerías”. Por otra parte, la industria española se preocupa del resultado que afectará a la flota que faena en las Islas Falkland puesto que el Reino Unido será considerado un país tercero. Lo cual repercutiría en las importaciones de las Islas Falkland ya que pueden estar “sujetas a aranceles y, por tanto, perderían competitividad”.
El Director General de Recursos Pesqueros, José Miguel Corvinos Lafuente, retomó el comentario de María do Carme Negro García en cuanto a la necesidad de recopilar información, añadiendo que “existe un buen nivel de coordinación” y que España participa en todos los foros.
Vinculó el proceso del Brexit con “la necesidad de poner sobre la mesa negociadora la cuestión de la estabilidad relativa”, añadiendo que “una vez que el Reino Unido se retire de la UE, se prevé un cambio en el reparto de cuotas”.
Puesto que todo el proceso del Brexit se encuentra en un estado de incertidumbre, no sorprendió que hubiera discrepancias entre los ponentes. El Presidente de Europêche, Javier Garat, comentó que “el Brexit no es lugar para debatir la estabilidad relativa”, señalando que el 74% de las exportaciones del Reino Unido tienen a la UE como destino, por un valor de €1.600 millones.
Como presidente de CEPESCA, a fin de evitar conflicto de intereses dentro de esta organización transeuropeas, se ha establecido la Alianza Pesquera Europea (EUFA), formada de organizaciones nacionales de Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Irlanda, los Países Bajos, Polonia, España y Suecia. Según la EUFA, se podría perder más de 6.000 puestos de trabajo en el caso de un Brexit duro.
La Dra. Annina Burgia, del Centro de Estudios Innovation, Legal, Maritime and Fisheries (MARINLEG), especuló que el Reino Unido podría intentar negociar un acuerdo siguiendo la orientación del modelo de Noruega. Uno de los comentarios de los asistentes al debate resaltó el hecho de que entre siete a ocho años es lo habitual para la negociación de las políticas pesqueras.
Y así fueron algunas de las especulaciones sobre el Brexit y cómo podría afectar a la industria pesquera española. Lo único que parece claro, en esta fase inicial del proceso, es que la especulación es la regla del juego, y que no hay nada claro en absoluto.